
Hago una pausa y respiro profundo.
Pongo la mano en mi corazón.
Respiro suave y dulcemente.
Dejo pasar uno a uno mis pensamientos y emociones.
Me conecto con mi silencio interno.
Lo escucho.
Respiro de manera natural.
Reposo un tiempo disfrutando este estado de quietud, de paz.
Me incorporo a mi postura corporal natural
y continúo fluyendo con la vida que el Universo me ofrece.
Repito esta práctica breve, sencilla y muy profunda,
en cualquier sitio y en cualquier momento,
cada vez que quiero
lograr Conexión con mi Esencia,
escuchar su Sabiduría,
sentirme en plenitud.
Simplemente la realizo cuando quiero
fundirme unos instantes con mi Esencia,
con la Chispa Divina que Yo Soy,
y sentirme en Unión con el Amor Universal.
¬Patricia Anaya
Photo by Darius Bashar /Unsplash
***
.