
Lo que tengo que hacer es lo que me concierne, no lo que la gente cree.
Esta regla, tan difícil en la vida práctica como en la intelectual, puede servir para establecer una distinción completa entre la grandeza y la mediocridad.
Es muy difícil de seguir, porque siempre hallaras personas que creen saber cuál es tu deber mejor que tú mismo.
Es fácil vivir en el mundo según la opinión del mundo.
Es fácil en soledad vivir según la propia opinión.
Pero el hombre grande es aquel que en medio de muchedumbre conserva con perfecta dulzura la independencia de la soledad.
La razón por la que no debemos conformarnos con usos que están muertos para nosotros, es que disipan nuestras fuerzas. Nos hacen perder el tiempo y borran el sello de nuestro carácter.
Si sostienes una iglesia sin vida; si contribuyes a mantener una sociedad bíblica muerta; si votas con un gran partido, ya sea en pro o en contra del gobierno; si pones tu mesa como un hospedero vulgar, me será difícil percibir claramente, a través de todas esas pantallas, qué clase de hombre eres.
Y naturalmente, ello equivale a otra tanta fuerza sustraída a tu propia vida.
Pero haz tu obra y te conoceré.
Haz tu obra y te fortalecerás.
¬Ralph Waldo Emerson
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