SOBRE LA COMPASIÓN | H. P. Blavatsky

No puedes recorrer el Sendero antes de que te hayas convertido en el Sendero mismo.

Haz que tu Alma preste oído a todo grito de dolor, igual que el loto pone al descubierto su corazón para absorber el sol de la mañana.

No permitas que el Sol ardiente seque una sola lágrima de dolor antes de que tú no la hayas enjugado en el ojo del que sufre.

Pero deja que las ardientes lágrimas humanas caigan una a una en tu corazón, y allí permanezcan; no las enjugues, hasta que se haya desvanecido el dolor que las causara.

Estas lágrimas, ¡oh, tú! de corazón muy compasivo, son los arroyos que riegan los campos de la caridad inmortal. En este suelo es donde crece la flor de media noche, la flor del Buddha, más difícil de encontrar y más rara de ver que la flor del árbol Vogay.

¬Helena Petrovna Blavatsky

Libro: La Voz del Silencio – Fragmento

Photo by Bent Hershey

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