
El amor verdadero no experimenta sufrimiento.
El amor verdadero es incondicional y está completo en sí mismo.
Vive dentro de su propio corazón y sabe que todo lo ilusorio —todo lo que está fuera de sí mismo— no es real.
El amor verdadero da sin necesidad.
La naturaleza del amor verdadero es dar, incondicionalmente.
De modo que, en realidad, es imposible que el amor sufra.
Pero el amor que percibimos que nos causa sufrimiento no es incondicional.
Ese amor es el amor romántico.
Puede ser llamado también «amor apegado» y está repleto de condiciones.
Encuentra plenitud y satisfacción dentro de las necesidades y de los deseos de la ilusión y, cuando esos deseos no son satisfechos, no se siente completo.
De modo que es imposible que el amor verdadero sufra, porque el amor verdadero viene de un corazón iluminado.
Pero el amor dual o amor ilusorio está siempre sufriendo, y le encanta sufrir.
Adora el romanticismo, la pasión; le encanta el conflicto, le encanta el drama.
Se pierde a sí mismo en cada aspecto de la experiencia humana mientras intenta sentirla y comprenderla completamente.
¬Isha
Libro: La Revolución de la Conciencia
Photo by Helena Lopes /Pexels
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